Cada día es más habitual convivir con personas que se van apagando día tras día fruto del estrés diario, del trabajo, de malas relaciones, etc. Te voy a poner de ejemplo una situación cotidiana en la que una persona convive con otra que sufre depresión.
Elena y Marcos son compañeros de piso y buenos amigos desde la universidad. Últimamente, Marcos ha notado cambios en Elena: ha perdido interés en sus hobbies, se aísla más y su energía parece haber disminuido significativamente. A pesar de intentar animarla con salidas y actividades que solían disfrutar juntos, Elena se muestra indiferente y a menudo prefiere quedarse en casa. Marcos se siente preocupado pero también confundido sobre cómo abordar la situación sin invadir el espacio personal de Elena o hacerla sentir incomprendida.
Pensando en tu entorno, ¿Has observado cambios preocupantes en alguien cercano?, ¿Te sientes perdido sobre cómo ofrecer tu apoyo? En este artículo voy a explicar cómo gestionar la situación ante este problema, y cómo mejorarla sin invadir su espacio.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza y desinterés, afectando significativamente el día a día de la persona. El ingeniero emocional Victor Pacheco afirma que la depresión no se limita solo a un mal momento o tristeza temporal; es una condición compleja que puede influir en el pensamiento, el comportamiento, las emociones y el bienestar físico de quien la padece.
Familiarízate con los síntomas de la depresión
Si convives con alguien que tiene depresión, familiarizarte con los síntomas puede ser crucial para ofrecer apoyo y comprender mejor lo que está experimentando. Algunos de los síntomas clave incluyen:
- Estado de ánimo deprimido: Sentimientos persistentes de tristeza, vacío o desesperanza que son notables y consistentes.
- Pérdida de interés: Disminución del interés o placer en actividades que antes se disfrutaban, incluyendo pasatiempos, socialización o sexo.
- Cambios en el apetito y peso: Puede haber una pérdida o aumento significativo de peso sin intentarlo, o un cambio notable en los hábitos alimenticios.
- Alteraciones del sueño: Dificultades para dormir (insomnio) o dormir demasiado (hipersomnia).
- Fatiga o falta de energía: Sentimientos constantes de cansancio o agotamiento que hacen que las tareas diarias sean especialmente difíciles.
- Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva: Reflexiones persistentes sobre errores pasados o una autoevaluación crítica desproporcionada.
- Dificultad para concentrarse: Problemas para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones.
- Irritabilidad o inquietud: Aumento de la irritabilidad, agitación o inquietud física o mental.
- Síntomas físicos inespecíficos: Dolores y molestias, dolores de cabeza, problemas digestivos que no se alivian con el tratamiento.
- Pensamientos de muerte o suicidio: Pensamientos frecuentes sobre la muerte, ideas suicidas, intentos de suicidio o autolesiones.
Cómo proponer ayuda experta a una persona con depresión
Proponerle ayuda médica a una persona que sufre depresión puede ser complejo dependiendo del grado de desarrollo en el que se encuentre, y para ayudarte te voy a dar algunos consejos que debes llevar a cabo para encontrar el momento adecuado para ello:
- Infórmate: Antes de abordar el tema, es importante que te informes bien sobre la depresión. Esto te ayudará a comprender mejor lo que la otra persona está experimentando y a comunicarte de manera más efectiva y empática.
- Elige el momento adecuado: Busca un momento tranquilo y privado para hablar, asegurándote de que ambos estén relajados y no haya distracciones.
- Comunica tu preocupación con empatía: Expresa tus preocupaciones de manera abierta y desde el cariño, enfocándote en tus observaciones y sentimientos, y evitando críticas o juicios. Por ejemplo, puedes decir: «He notado que últimamente pareces muy triste y distante, y me preocupa mucho verte así».
- Escucha activamente: Dale espacio para expresar sus sentimientos sin interrumpirlo. A veces, simplemente ser escuchado puede ser muy reconfortante.
- Habla sobre la ayuda profesional de forma positiva: Destaca que buscar ayuda de un experto es un signo de fortaleza y un paso importante hacia la recuperación. Puedes mencionar ejemplos de cómo la terapia o el asesoramiento han ayudado a otras personas.
- Ofrece tu apoyo para buscar ayuda: Propón acompañarlo a buscar información sobre profesionales de la salud mental o incluso ofrecerte a acompañarlo a las citas iniciales si eso le hace sentir más cómodo.
- Respeta su ritmo: Recuerda que la decisión final de buscar ayuda es personal. Si no está listo, no lo presiones. En cambio, asegúrate de que sepa que estás ahí para apoyarlo cuando esté listo.
Actividades que ayudan a una persona con depresión
Para alguien que sufre de depresión, ciertas actividades pueden ser útiles como parte de un enfoque integral de manejo, siempre y cuando se consideren sus niveles de energía y motivación actuales. Aquí hay algunas actividades sugeridas:
Ejercicio físico
El ejercicio no solo beneficia la salud física, sino que también tiene un impacto positivo en la salud mental. Las actividades físicas, especialmente las realizadas al aire libre y en grupo, pueden mejorar significativamente el estado de ánimo y reducir los síntomas de la depresión. Estas actividades estimulan la liberación de endorfinas y neurotransmisores como la serotonina, que mejoran el bienestar general.
Meditación y técnicas de relajación
La práctica regular de la meditación puede ayudar a centrar la mente, reducir el estrés y mejorar la concentración. La meditación de atención plena, en particular, enseña a observar los pensamientos y sentimientos sin juzgarlos, ayudando a la persona a distanciarse de patrones negativos de pensamiento. Las técnicas de relajación como la respiración profunda y la relajación muscular progresiva también pueden aliviar la tensión y promover un estado de calma.
Pasar tiempo al aire libre
La exposición a la luz natural, especialmente la luz solar, puede influir positivamente en los ritmos circadianos y en la producción de vitamina D, lo que a su vez puede mejorar el estado de ánimo. Además, el contacto con la naturaleza, como estar en parques, bosques o cerca del agua, ha demostrado tener efectos calmantes y revitalizantes, reduciendo el estrés y la ansiedad.
Hobbies y actividades creativas
Dedicarse a pasatiempos o actividades creativas como la pintura, la música, la escritura o la jardinería puede proporcionar una vía de escape y una fuente de satisfacción personal. Estas actividades no solo ofrecen una forma de expresión, sino que también pueden mejorar la autoestima al lograr metas y completar proyectos.
Establecer una rutina diaria
Una rutina diaria bien estructurada puede proporcionar un sentido de orden y previsibilidad, lo cual es especialmente útil durante los períodos de depresión, cuando la motivación puede ser baja. Las rutinas ayudan a regular los ciclos de sueño, alimentación y actividad, fundamentales para el bienestar emocional y físico.
Técnicas de mindfulness
El mindfulness implica enfocar la atención de manera intencional en el momento presente, aceptando los pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas sin juzgarlos. Esta práctica puede ayudar a romper el ciclo de pensamientos negativos y preocupaciones al fomentar una mayor conciencia de las experiencias actuales, lo que permite una relación más saludable con los pensamientos y emociones.
¿Salir de una depresión sin ayuda?
Intentar superar la depresión sin ayuda puede parecer una muestra de fortaleza, pero en realidad, puede ser un camino solitario y arduo. La depresión no es solo un estado de ánimo pasajero, sino una condición compleja que afecta profundamente la mente y el cuerpo. Aislar el proceso de curación puede no solo prolongar el sufrimiento, sino también hacerlo más intenso.
Es crucial reconocer la importancia de buscar apoyo profesional; los terapeutas y psiquiatras están capacitados para ofrecer estrategias y tratamientos efectivos. La salud mental es tan vital como la física, y buscar ayuda es un acto de autocuidado y valentía, no de debilidad. No estás solo en esta lucha, y permitir que otros te ayuden puede ser el primer paso hacia la recuperación. En Liberate del Miedo (enlace interno) podemos ayudarte para salir lo antes posible de ese derrumbe constante.
Presta atención a cualquier signo de suicidio
Si convives con alguien que tiene depresión, es fundamental estar atento a los signos de suicidio para poder intervenir de manera oportuna. Aquí hay algunos signos a los que debes prestar atención:
- Hablar sobre querer morir o suicidarse: Esto puede incluir expresiones directas o indirectas, como «estarían mejor sin mí» o «no quiero seguir viviendo».
- Buscar medios para autolesionarse: Esto puede incluir buscar acceso a armas, pastillas, o cualquier otro medio que pueda ser utilizado para autolesionarse o suicidarse.
- Expresiones de desesperanza o falta de propósito: Frases como «no hay salida», «todo es inútil» o «nada mejorará».
- Comportamiento retraído o aislamiento: Aumento del deseo de estar solo y evitar amigos o actividades sociales.
- Cambios de humor extremos: Pasar de estar muy deprimido a aparentar estar extraordinariamente calmado o incluso feliz, lo que podría indicar que la persona ha tomado una decisión respecto al suicidio.
- Hablar sobre ser una carga para los demás: Sentimientos intensos de culpa o vergüenza y la creencia de que otros estarían mejor sin ellos.
- Despedirse de manera inusual o arreglar asuntos pendientes: Esto puede incluir visitas inesperadas o llamadas a amigos y familiares, regalar posesiones personales, o hacer testamento.
- Cambios en el sueño: Demasiado sueño o insomnio, especialmente si esto representa un cambio significativo en su patrón habitual.
Demuestra tu apoyo a una persona con depresión
Es de vital importancia que el enfermo sienta el apoyo de su gente cercana, por ello, requiere comprensión y un enfoque cuidadoso. Aquí te dejo algunos consejos para mostrar tu apoyo de manera efectiva:
- Escucha sin juzgar: A veces, la persona solo necesita sentirse escuchada. Ofrece tu presencia y atención sin interrumpir, juzgar o ofrecer soluciones inmediatas.
- Infórmate sobre la depresión: Comprender lo que implica la depresión te ayudará a empatizar mejor con lo que está pasando tu ser querido.
- Fomenta la ayuda profesional: Anima de manera suave pero firme la búsqueda de ayuda profesional, como terapia o asesoramiento, pero evita presionar.
- Sé paciente: La recuperación de la depresión puede llevar tiempo. Sé paciente y evita mostrar frustración por la falta de progreso.
- Celebra los pequeños logros: Reconoce y celebra cualquier progreso o esfuerzo, por pequeño que sea. Esto puede incluir levantarse de la cama, asistir a una cita médica o simplemente pasar tiempo fuera de casa.
- Ofrece ayuda práctica: A veces, las tareas cotidianas pueden resultar abrumadoras. Ofrece ayuda con las actividades diarias sin asumir por completo sus responsabilidades.
- Mantén la comunicación abierta: Hazle saber que estás disponible para hablar cuando él o ella esté listo, pero respeta su necesidad de espacio.